El aloe vera es una planta suculenta que ha sido utilizada durante siglos por sus propiedades medicinales y beneficios para la salud. Se caracteriza por sus hojas carnosas y largas que contienen un gel transparente en su interior. Este gel de aloe vera es ampliamente reconocido por sus propiedades hidratantes, calmantes y cicatrizantes y se utiliza en una variedad de productos para el cuidado de la piel, así como en remedios naturales para tratar quemaduras leves, irritaciones cutáneas y otros problemas de la piel. Además, el aloe vera también se ha utilizado en la medicina tradicional para tratar afecciones internas, aunque su uso más común está relacionado con el cuidado externo de la piel.

El ácido hialurónico es un elemento natural de nuestro organismo que ofrece muchísimos beneficios a nuestra piel. De ahí a que sea un paso indispensable en cualquier rutina facial diaria.

El ácido hialurónico es un componente que aparece de forma natural en nuestro organismo, sobre todo en la piel, articulaciones y cartílagos, teniendo cada uno distintas funciones dependiendo de la zona en la que se encuentre:

• Piel: trabaja como un agente hidratante y rejuvenecedor.
• Articulaciones: Actúa como lubricante entre los huesos que componen la articulación. Acelera la regeneración del tejido gracias a sus propiedades hidratantes.
• Cartílagos: presenta funciones reconstituyentes.

Son glicoproteínas que tienen la función principal de reparar la piel deshidratada, se encuentran en la piel de forma natural, mejoran la formación de colágeno.

Los Phytoproteoglicanos son moléculas que forman parte de la estructura celular de la dermis y la epidermis cuya función es la de comunicar las células con el exterior. Se encuentran de forma natural en la piel.

A nivel celular aportan hidratación, firmeza y elasticidad a la piel.

Al igual que sucede con el aceite de oliva y el aceite de coco, la utilización de este aceite vegetal ha trascendido de la industria alimenticia a la cosmética, donde es considerado como un ingrediente estrella por sus propiedades regenerativas e hidratantes.

Aparte de su composición de vitaminas K y E, el aceite de aguacate es rico en vitaminas A, B, C y D. Estas vitaminas, de rápida absorción, penetran fácilmente a través de la epidermis, lo que favorece el equilibrio natural de la grasa de la piel.

Esta composición, hace que el aceite de aguacate sea un aliado perfecto para el cuidado de la piel.

El aceite vegetal de germen de trigo es uno de los aceites menos empleados en cosmética natural… un hecho realmente curioso ya que es también uno de los que poseen mayor cantidad de antioxidantes y vitamina E.

Aplicado sobre la piel, resulta muy hidratante, retrasa la aparición de los primeros signos de envejecimiento cutáneo y proporciona nutrientes esenciales para fortalecer las defensas naturales de la piel contra las agresiones externas.

El colágeno es una proteína natural de bajo peso molecular, no muy grande en tamaño. Esta proteína posee unas buenas características y propiedades beneficiosas para su uso en cosmética como son:

• Buena biocompatibilidad (compatible con el organismo humano).
• Fácil Biodegradación (Se asimila y descompone fácilmente en organismo).

Cuando se emplea para el cuidado de la piel, el colágeno hidrolizado utilizado en las fórmulas de productos mejora la apariencia de la piel seca o dañada al reducir la descamación y restaurar su flexibilidad.

¡Ahora ya sabes para qué se utiliza el colágeno y sus beneficios reales en cosmética!

El bisabolol es un principio activo principal de la flor de la manzanilla, muy utilizado por sus propiedades antiinflamatorias, calmantes, curativas y antimicrobianas.

El bisabolol es un ingrediente clave en el cuidado de pieles sensibles e irritadas, donde sus efectos beneficiosos están ampliamente reportados. Sus propiedades suavizantes, cicatrizantes, antiinflamatorias y antioxidantes protegen la piel de los daños provocados por los radicales libres y el estrés ambiental.

La vitamina E es conocida por sus poderosos beneficios para la piel en el ámbito de la cosmética. Esta vitamina soluble en grasa tiene propiedades antioxidantes que ayudan a proteger la piel del daño causado por los radicales libres, que son moléculas inestables que pueden acelerar el envejecimiento de la piel.

Uno de los principales beneficios de la vitamina E es su capacidad para hidratar y suavizar la piel. Debido a su naturaleza humectante, puede ayudar a retener la humedad en la piel.

Otro beneficio destacado es su capacidad para proteger la piel de los rayos UV. La vitamina E actúa como complemento de filtro solar natural al absorber parte de la radiación ultravioleta, lo que ayuda a reducir el daño causado por el sol.

¿Sabías que la piel tiene memoria? Es capaz de ir acumulando todos los daños que le causa el sol con el paso de los años. De ahí, la importancia de protegerla para evitar que envejezca prematuramente y la aparición de enfermedades como el cáncer.

Los filtros físicos reflejan totalmente la radiación solar impidiendo que esta penetre en la piel y produzca irritaciones o quemaduras. Actuar a modo de pantalla protectora, su efecto sobre nuestra piel es inmediato. Podríamos decir que, con cada aplicación nos ponemos una capa protectora adicional. Estas capas, al quedar en la superficie de la piel, no generan ninguna alergia ni reacción.